Repensar la Educación Media Superior en México: la mirada desde la Subsecretaría de Educación Media Superior
Cuando un sismo daña un plantel escolar, la reconstrucción no debería ser una hazaña. Sin embargo, en un Colegio de Bachilleres en Culhuacán, la comunidad tuvo que esperar siete años para inaugurar un nuevo edificio. Esta anécdota, contada por la Dra. Tania Rodríguez, Subsecretaria de Educación Media Superior, no es un hecho aislado; es un síntoma de una realidad mucho más profunda y fracturada de la que solemos asociar con la "prepa".
Detrás de la imagen del bachillerato como un simple puente hacia la universidad, se esconde un sistema con heridas estructurales, lleno de inercias históricas y desafíos humanos que definen el futuro de millones de jóvenes. La Dra. Rodríguez, en una conferencia organizada por el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México, ofreció un diagnóstico crudo pero necesario sobre este nivel educativo.
En este post resaltamos cinco de las conclusiones desprendidas del análisis que planteó la Dra. Rodríguez. Se trata de sintetizar algunos de los supuestos que están dando forma a las transformaciones planteadas por el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum respecto a la educación media superior en México.
1. No es "Deserción", es "Desafiliación": un cambio de mirada para explicar uno de los problemas que afectan a las y los jóvenes que cursan la educación media superior
Por décadas, hemos hablado de "deserción escolar", un término que, como señala la Dra. Rodríguez, deposita toda la culpa en el estudiante. La palabra misma evoca la imagen de un traidor, alguien que le falla a la sociedad y a sí mismo. Es un concepto que estigmatiza y cierra la puerta a soluciones reales.
Por ello, la subsecretaria hace un llamado para erradicar este término. El cambio a "desafiliación" implica que en lugar de preguntar "¿por qué se fue el estudiante?", la pregunta sea "¿qué hizo la escuela para que este joven ya no se sintiera parte de ella?". Este reenfoque traslada la responsabilidad de la víctima al sistema, reconociendo que los jóvenes no desertan, sino que son expulsados por barreras invisibles.
2. El Sistema como "Archipiélago": la realidad fragmentada de la educación media superior
¿Por qué la educación media superior es tan caótica? La Dra. Rodríguez ofrece una metáfora interesante: no es un sistema, es un "archipiélago". Para entender su impacto, hay que mirar a sus vecinos. Hacia abajo, la educación básica recibió una "infraestructura masiva gigante" y consolidó la "potencia del magisterio y sus plazas". Hacia arriba, el sistema universitario se construyó con prestigio y autonomía.
La educación media superior, en cambio, quedó atrapada en medio, como un hijo olvidado. Creció de manera fragmentada y desarticulada, sin una planeación estratégica nacional. Este accidente histórico creó un sistema sin una misión unificada, donde cada subsistema (Conalep, Cebetis, Bachilleres) es una isla con sus propias reglas. El resultado es que millones de estudiantes deben navegar un mar de inconsistencias, donde el paso de una isla a otra es casi imposible, dejando a muchos a la deriva por diseño.
3. El currículum ideal vs. la "vida real" de una escuela
Una de las grandes apuestas para unificar el archipiélago es el nuevo Marco Curricular Común, que promueve el trabajo por proyectos interdisciplinarios. En papel, suena perfecto. En la práctica, choca de frente con la "vida real" de las escuelas. Una política pública, por brillante que sea, se topa con la realidad humana y económica de los docentes.
La Dra. Rodríguez lo plantea de la siguiente forma: un proyecto que requiere un químico, un biólogo y un físico solo funciona "si es que se llevan bien". Más aún, en una estructura donde las plazas son por horas, "depende el salario con el que cada profe... pagamos nuestras cuentas". En este sentido, el problema deja de ser un desafío pedagógico abstracto y se convierte en una lucha diaria por la supervivencia económica y la cooperación interpersonal. Cualquier reforma exitosa debe reconocer y trabajar con esta realidad, no contra ella.
4. La urgencia de escuelas con "puertas abiertas" y flexibilidad máxima
La rigidez de cada una de las islas del "archipiélago" es, con mucha probabilidad, la causa directa de la desafiliación. La Dra. Rodríguez lo ilustra con el siguiente ejemplo: si un joven abandona un Cebetis, no puede simplemente incorporarse a un Conalep. Tiene que "volver a empezar" desde cero. Esta falta de portabilidad es una barrera invisible que castiga a quienes enfrentan problemas personales o económicos, o simplemente necesitan un cambio de aires.
El análisis de la subsecretaria añade una capa de empatía. Quizá el estudiante "ya no quiere estar [en la escuela] por muchas razones que la adolescencia trae consigo". Negarle una segunda oportunidad en otro plantel es no entender las complejidades de ser joven. La solución es sistémica: construir políticas de retorno y escuelas de "puertas abiertas", donde la flexibilidad máxima garantice el derecho a la educación por encima de la burocracia, reconociendo que a veces, para seguir adelante, un adolescente necesita empezar de nuevo en un lugar diferente.
"...en este momento si uno, un chamaco abandona un Cebetis no puede incorporarse a un Conalep tiene que volver a empezar, tiene que volver a empezar una y otra vez puede regresar a su escuela. Pero además en esa escuela no sabemos por qué se fue..."
5. "Poner de moda la escuela": la batalla por su recuperar su valor social
Quizá el desafío más profundo sea cultural. En una era de pantallas, gratificación instantánea y una "desvalorización social del saber", la escuela ha perdido su lugar como centro de la vida comunitaria. Para muchos jóvenes, ya no es un espacio atractivo ni una fuente de reconocimiento.
Ante esto, la Dra. Rodríguez propone: hay que "poner de moda la escuela". Se trata de poner en práctica una política de reconstrucción del valor social. Y no es una idea abstracta. Se materializa en la misma escuela que tardó siete años en reconstruirse, donde el nuevo edificio no se dedicó a aulas tradicionales, sino a "un salón de arte, un salón de teatro, y un salón de danza con su duela". Se trata de transformar los planteles en espacios de vida, de creación y de cuidado, donde los jóvenes sientan que pertenecer y aprender "vale la pena" porque ahí encuentran un reconocimiento que las redes sociales no pueden ofrecer.
"...tenemos que volverlo a yo digo hay que ponerlo de moda o sea tienen que sentir que eso vale la pena que eso se les reconoce no solamente por sus maestros sin no por sus familias por el barrio por los otros que existen..."
Abrazar a una generación en una carrera contra el tiempo
Las reflexiones expuestas por la Dra. Rodríguez revelan que los problemas de la educación media superior no son fallas menores, sino fracturas sistémicas que requieren un cambio de paradigma. No se trata de parches, sino de reconstruir, desde los cimientos, la forma en que concebimos, financiamos y valoramos la formación de nuestros adolescentes.
Y el tiempo corre en contra. Como advierte la subsecretaria, el bono demográfico —la ventana de oportunidad para formar a la generación que definirá el futuro de México— se está cerrando. La pregunta, entonces, nos interpela a todos: como sociedad, ¿qué hacemos para que la escuela abrace a sus jóvenes y se convierta en un espacio significativo en el que dé gusto permanecer?


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